Tras el fallecimiento de su tía Ágata, Benita (Lina Morgan) se ve liberada de las ataduras y prejuicios de la vida provinciana. Cuando abandona el pueblo para irse a Madrid, lo hace con la intención de divertirse y encontrar el amor. Compra ropa en las mejores boutiques, adquiere un descapotable y se aloja en un apartamento de lujo. Conoce a diferentes tipos, con los que vive situaciones grotescas o hilarantes, pero siempre decepcionantes. Hasta que aparece Carlos y se enamora de él; pero su pasado será un problema.