La comunidad se prepara para dar la bienvenida al nuevo año. Por diversas circunstancias, varios vecinos se ven privados de las uvas de la suerte, lo que aprovechará el padre de Emilio para especular con tan codiciado fruto. La que peor lo lleva es Paloma pues piensa que entrar en el nuevo año sin tomarse las uvas puede traerle consecuencias desastrosas y mucha mala suerte.