En el programa, el dueño quería tener un restaurante refinado pero ahora sólo ofrece bocadillos de mala calidad, sándwiches resecos y una comida de espanto. Así se resume la historia de Cristian, el propietario del restaurante Phoenix, en Elche, un peculiar italiano con grandes sueños que no llegan a cumplirse. De montar una marisquería de nombre poco apropiado, pasó a darle un giro al negocio y convertirlo en una hamburguesería, bocatería y tapería que a juicio de Alberto tiene una de las cocinas de peor calidad que han pasado por 'Pesadilla en la cocina'.