Al final de la primera temporada, la familia Freemaker encontró un nuevo hogar en la flota rebelde. Sus nuevas circunstancias los enfrentan a brutales fuerzas imperiales, hutts desesperados, conspiradores Lores Sith y el último juguete del Emperador, M-OC, un aterrador droide cazador que se modifica constantemente para adaptarse a cualquier ocasión. En respuesta a estas amenazas, los poderes de Rowan crecen y se fortalecen hasta que tiene la visión de una nave elegante e invulnerable que puede salvar la Rebelión y detener al Imperio en seco: la Arrowhead. El problema es que la Arrowhead es una nave que solo Rowan puede construir. Una vez más, el más joven de los Freemaker debe salvar la galaxia.