Siguiendo las indicaciones de Giyu Tomioka, Tanjiro se dirige al monte Sagiri con su hermana Nezuko, recién convertida en demonio. En plena noche, Tanjiro percibe el olor a sangre procedente de un templo. Preocupado por la presencia de heridos, se apresura a entrar en él y descubre a un demonio devorahumanos. Tanjiro le planta cara como puede con su hacha, pero la descomunal fuerza del demonio le pone en serios apuros. Cuando todo parece perdido, entra en escena una mano amiga que evita lo peor.